Los Púlsares (contracción de estrellas pulsantes en inglés) giran muy rápidamente y emiten ondas electromagnéticas de forma intermitente a un ritmo rápido y regular, hasta tal punto que alguna vez se pensó que se trataba de emisiones de una civilización lejana.
Es un objeto celeste muy particular, ya que en lugar de brillar continuamente como una estrella, envía periódicamente pulsos de radiación muy breves al espacio.
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¿Cómo se Forman un Pulsar?
Cuando una estrella masiva (con mucha masa) llega al final de su existencia, colapsa sobre sí misma, produciendo una impresionante explosión y formándose lo que se conoce como una supernova.
Esta explosión emite enormes cantidades de materia hacia el espacio de sus capas exteriores, quedándose solo con el corazón o núcleo de la estrella.
Este núcleo se contrae y los protones y electrones de los átomos que lo forman se unen para formar neutrones formándose lo que se llama una «estrellas de neutrones«.
Las estrellas de neutrones son el núcleo denso que queda después de la explosión de una estrella masiva cuando las capas superficiales han sido expulsadas quedando solo el núcleo y que está formada principalmente por neutrones.
estrella masiva = estrella que tiene mucha masa, varias veces la masa del Sol.
Son muy pequeñas pero muy densas, mil millones de toneladas por centímetro cúbico.
Para que te hagas una idea de la densidad que tienen estas estrellas de neutrones, un trozo de materia del tamaño de un terrón de azúcar pesaría alrededor de mil millones de toneladas en la Tierra.
Durante la formación del núcleo de la estrella de neutrones, este empieza hacerse más pequeño y comienza a girar muy rápidamente, como una patinadora que ve aumentar su velocidad de rotación cuando lleva los brazos hacia su cuerpo.
A partir de entonces, se genera un gran campo magnético alrededor del núcleo que gira y empieza la emisión de radiaciones electromagnéticas y rayos X,
Es en este momento cuando se le llama Pulsar.
Giro y Emisión de Radiaciones
El pulsar, a diferencia de otras estrellas masivas, gira a gran velocidad y tiene campos magnéticos muy intensos por el giro tan rápido de los electrones y protones que quedan en la superficie del núcleo o estrella de neutrones que lo forma.
El radiotelescopio LOFAR ha sido capaz de identificar un púlsar que gira 700 vueltas por segundo, una velocidad asombrosamente alta.
Pero aún así, no supera el púlsar más rápido jamás detectado, el PSR J1748-2446, que alcanza casi las 716 vueltas por segundo.
Teóricamente, un púlsar podría llegar a girar 1.200 vueltas por segundo.
Aunque emiten sus radiaciones de forma regular, ahora sabemos que la estrella brilla continuamente pero que sus radiaciones son emitidas por dos puntos opuestos de la estrella.
Al girar muy rápidamente sobre sí misma, la estrella actúa como un faro que nos ilumina a intervalos regulares.
Dependiendo del pulsar, el intervalo entre dos pulsos puede ser de varios milisegundos a varios segundos.
Estos objetos fueron descubiertos por casualidad en 1967.
Hoy conocemos varios cientos de ellos brillando en el cielo.
Pero la mayoría de las veces, no podemos verlos, porque no emiten su radiación en el rango visible de frecuencia.
Los púlsares se emiten con mayor frecuencia en la frecuencia de las ondas de radio.
Si realmente quiere ver uno, es mejor equiparse con un radiotelescopio antes que con un telescopio.
¿Qué es un Pulsar?
Son estrellas de neutrones que giran a gran velocidad y que debido al enorme campo magnético que se genera en su movimiento emiten pulsos de radiaciones electromagnéticas a intervalos cortos y constantes.
Cuando estos pulsos o radiaciones se alinean con nuestro planeta, podemos captar la señal que emiten.
Los púlsares a menudo se denominan balizas cósmicas porque emiten pulsos que se repiten regularmente, como una baliza que parpadea cada pocos segundos.
La estrella gira sobre sí misma a altísima velocidad y con la precisión de un metrónomo.
La señal que emite es un pulso del estilo de la luz de un faro.
Descubrimiento de los Pulsares
La historia comienza a finales de septiembre de 1967 cuando la estudiante de astronomía de 24 años Jocelyn Bell utiliza un nuevo radiotelescopio para recibir señales que se repiten cada 1.33730109 segundos.
Ella y su supervisor de doctorado Antony Hewish llaman en broma a la fuente Little Green Man, pensando en que podrían ser signos de una civilización alienígena.
Al menos, esa parecía ser la explicación más obvia para la rápida sucesión de pulsos de radio que recibían.
Pronto, sin embargo, Hewish y Bell descartan a los extraterrestres como la causa.
Los investigadores finalmente encuentran la explicación correcta.
Es un objeto compacto, una estrella de neutrones que gira extremadamente rápido.
Tiene un diámetro de unos veinte kilómetros, pero contiene aproximadamente la masa de nuestro sol.
Antony Hewish recibió el Premio Nobel de Física en 1974 por su papel en este descubrimiento.